miércoles, 23 de abril de 2014

poema alcoholizado para un miércoles de champions



se me ocurrió poner un chip gps

camuflado en el celular de mi nena
-como nunca suelta el puto teléfono
podría rastrear su ubicación por internet en cualquier momento-
el primer día ella se metió tres veces a distintas horas
al hotel que está a dos calles de la oficina donde trabaja;
el segundo día fueron dos veces
el tercer día era viernes y entró seis veces al puto hotel
el cuarto día fue sábado y la muy puta 
practicamente se pasó el día completo en el jodido hotel;
esa noche cuando llegó a casa 
le pregunté si alguna vez me había engañado
ella me miró entonces con su tierna mirada
sus pestañas subieron y bajaron dulcemente
como las alas de una delicada mariposa que revoloteara 
entre las cándidas flores de un radiante jardín a mediodía
cómo puedes dudar -me dijo- del gran amor que siento por ti
luego me echó los brazos al cuello y me dio un beso
me metió la lengua en la boca y la movió de arriba abajo
explorando cada punto de mi cavidad bucal
más tarde se quedó en pelotas y echamos un palo
al terminar nos pusimos a fumar tirados en la cama
nunca quise a nadie tanto como a ti, villa -me dijo la perra-
yo le dije que también la quería
deberíamos casarnos -dijo- formar una familia
claro -dije- sería una buena idea
tendríamos un par de hijos -siguió ella- un perro, un gato
los fines de semana iríamos de pic nic al campo
volaríamos cometas y pasearíamos en bote por el lago
más adelante quizás podríamos comprar una cabaña junto al mar
pasar los veranos en la playa y mirar los atardeceres
desde la terraza de un bar tomando margaritas;
suena bien -dije- valdría la pena intentarlo
después le pregunté cuánto les cobraba por dejarse culear
a todos esos con los que se veía en el hotel
¿de qué estás hablando? -dijo- ¿a qué puto hotel te refieres?
puse un chip rastreador en tu móvil -dije-
sólo esta semana debes haber estado 30 veces en ese hotel;
aplasté lo que quedaba del cigarrillo 
en el cenicero de la mesilla de noche;
salí de la cama y entré al baño a echar una meada
luego me miré al espejo y me pareció ver
la cornamenta de un alce adornando mi frente
cuando salí del baño, la puta ya tenía 
la maleta abierta en la cama y echaba sus cosas en ella
encendí otro cigarrillo y fui a la cocina por una cerveza
me senté en el sillón de la sala y prendí la tele
cambié de canal hasta encontrar un programa
donde se debatía el tema de la sexualidad humana
"está demostrado científicamente -decía uno de los expertos- 
que la mujer lleva siempre las de perder 
en cualquier relación estable dado que los instintos del hombre 
lo empujan permanentemente a la promiscuidad"
los demás expertos de la mesa parecían estar de acuerdo
una tipa con cara de liendre opinó que las mujeres 
era unas mártires inocentes y desvalidas
"aparte de tener que soportar la rudeza de la conducta masculina
sus deficientes hábitos higiénicos, su propensión alcohólica
su vocabulario soez, sus escasas habilidades de interacción social
-los pendejos no saben hablar más que del puto futbol-
la pobre mujer tiene que encargarse de procrearle al cerdo sus hijos
exponer su salud en aras del bienestar de las criaturas
arruinar su cuerpo con el embarazo y la lactancia
y después aguantar que las hagan a un lado 
porque están gordas, se llenaron de estrías 
y ya no se antoja cogérselas ni siquiera en estado de ebriedad"
la cara de liendre recibió aplausos tras su intervención
que te den por el culo, hija de puta -pensé-
agarré el botellín de cerveza y le pegué un trago;
la que pronto sería mi ex apareció entonces en la sala
se había puesto una mini y una blusita sin mangas
ya sabes -dijo- ni se te ocurra buscarme
¿y nuestros planes de boda? -pregunté- ¿la casa en la playa
los hijos, el perro, el gato, los atardeceres románticos?
¡cómo puedes ser tan cínico, hijo de puta! -exclamó-
¡burlarte así de mis ilusiones y mis sueños!
mientras hablaba alcanzó la puerta de la calle
la abrió, cruzó el umbral y se largó dando un portazo
yo me quedé viendo la pantalla de la tele
la cara de liendre había tomado nuevamente la palabra
"la profunda capacidad amatoria que tenemos las mujeres -decía-
es una de las claves para entender el misterio femenino"
cuánto puto rodeo -pensé- 
para no mencionar la palabra de las cuatro letras 

me levanté y fui por otra cerveza a la cocina






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