viernes, 25 de abril de 2014

tus bragas



hace cosa de dos semanas que te regalé
un paquete de tres bragas de colores surtidos
que compré en el mercadillo que se instala
los jueves a dos calles de mi casa;
no me costaron muy caras
-y además al comprarlas me obsequiaron un cupón
que me da derecho a una coca cola gratis
si compro una hamburguesa doble queso en tonis burger-
pero la chica que me las vendió me aseguró
que a pesar de estar fabricadas en pakistán y no llevar marca
están hechas de algodón 200 % natural
y si las lavas con agua fría no encogen;
también me dijo que a ella le encanta usarlas
porque se ajustan suavemente a la entrepierna
y el elástico en los bordes no te deja surcos en la piel
incluso se arremangó la falda que llevaba
y me permitió verle las bragas un momento
eran de color azul claro y tenían una flor roja estampada
en el triángulo que cubre la zona del pubis
la chica me animó a meter un dedo
entre el elástico de la prenda y uno de sus muslos
y comprobar por mí mismo cómo no dejaban marca;
yo sin embargo me abstuve de hacerlo
y le aseguré que me bastaba su palabra
le di cincuenta pesos y pagué las bragas
y luego caminé hasta la parada del camión y fui a tu casa;
si mal no recuerdo aquella vez estabas
sumida en una de tus periódicas crisis depresivas
te sugerí que te dieras un baño y te arreglaras
para salir a dar la vuelta por ahí
-ir al cine tal vez y luego a tomar un par de tragos-
y te entregué el paquete con las bragas nuevas
sabiendo de antemano que al abrirlo
dibujarías con la cara esa mueca agria que pones cada vez
cuando algo de lo que hago te parece mal
-últimamente la mueca ya no se esfuma de tu jeta-
desde luego que no me sorprendió en lo absoluto
el comentario que hiciste al desempacar las bragas
"¿quién te dijo que necesitaba esta puta mierda?"
si te las regalé no fue porque pensara
que con la docena que ya tienes aún te hicieran falta tres más
sino para ver si así empiezas a pensar en la conveniencia
de tirar a la basura esas putas bragas amarillas
que no te has cambiado una sola vez desde que te conocí;
yo sé que el hijo de puta con el que salías
antes de ser mi novia te las regaló
la última noche que se vieron cuando él te confesó
que en realidad es puto y que le gustan los hombres
y contigo había estado sólo en plan de pasar el rato;
te dejó el corazón roto y esas putas bragas amarillas
y un perfume francés de imitación en frasco de medio litro
que apestaba a mierda y que un día desapareció de tu bolso
-¿para qué te digo quién lo sacó de allí y lo tiró por el caño?-
las putas bragas no te las quitas desde ese día
a pesar de que el contacto diario con el ácido de tus jugos 
ya casi adelgazó su tela hasta volverla una membrana translúcida;
andas practicamente con el coño al aire pero aún así
te resistes a deshacerte de ellas como si creyeras
que portas un talismán que a final de cuentas
hará que un día vuelva a tu vida aquel con quien todavía sueñas;
hoy que salí de la casa para irte a ver
de paso entré al mercadillo para ver si hallaba
la copia pirata del próximo disco de canciones románticas de juan gabriel;
en el puesto donde hace dos semanas te compré las bragas
-que metiste en un cajón y ya no las volviste a sacar-
me encontré con la chica que me las vendió;
esta vez ella llevaba pantalón de mezclilla y blusa vaquera
pero no mucho después vi que también debe sufrir
alguna clase de puta fijación con el asunto de la ropa interior
cuando en el piso de baldosas blancas de uno de los cubículos
del baño para caballeros en el tonis burger
vi caer aquellas mismas bragas azules estampadas con una flor roja
que llevaba puestas hace dos semanas







miércoles, 23 de abril de 2014

poema alcoholizado para un miércoles de champions



se me ocurrió poner un chip gps

camuflado en el celular de mi nena
-como nunca suelta el puto teléfono
podría rastrear su ubicación por internet en cualquier momento-
el primer día ella se metió tres veces a distintas horas
al hotel que está a dos calles de la oficina donde trabaja;
el segundo día fueron dos veces
el tercer día era viernes y entró seis veces al puto hotel
el cuarto día fue sábado y la muy puta 
practicamente se pasó el día completo en el jodido hotel;
esa noche cuando llegó a casa 
le pregunté si alguna vez me había engañado
ella me miró entonces con su tierna mirada
sus pestañas subieron y bajaron dulcemente
como las alas de una delicada mariposa que revoloteara 
entre las cándidas flores de un radiante jardín a mediodía
cómo puedes dudar -me dijo- del gran amor que siento por ti
luego me echó los brazos al cuello y me dio un beso
me metió la lengua en la boca y la movió de arriba abajo
explorando cada punto de mi cavidad bucal
más tarde se quedó en pelotas y echamos un palo
al terminar nos pusimos a fumar tirados en la cama
nunca quise a nadie tanto como a ti, villa -me dijo la perra-
yo le dije que también la quería
deberíamos casarnos -dijo- formar una familia
claro -dije- sería una buena idea
tendríamos un par de hijos -siguió ella- un perro, un gato
los fines de semana iríamos de pic nic al campo
volaríamos cometas y pasearíamos en bote por el lago
más adelante quizás podríamos comprar una cabaña junto al mar
pasar los veranos en la playa y mirar los atardeceres
desde la terraza de un bar tomando margaritas;
suena bien -dije- valdría la pena intentarlo
después le pregunté cuánto les cobraba por dejarse culear
a todos esos con los que se veía en el hotel
¿de qué estás hablando? -dijo- ¿a qué puto hotel te refieres?
puse un chip rastreador en tu móvil -dije-
sólo esta semana debes haber estado 30 veces en ese hotel;
aplasté lo que quedaba del cigarrillo 
en el cenicero de la mesilla de noche;
salí de la cama y entré al baño a echar una meada
luego me miré al espejo y me pareció ver
la cornamenta de un alce adornando mi frente
cuando salí del baño, la puta ya tenía 
la maleta abierta en la cama y echaba sus cosas en ella
encendí otro cigarrillo y fui a la cocina por una cerveza
me senté en el sillón de la sala y prendí la tele
cambié de canal hasta encontrar un programa
donde se debatía el tema de la sexualidad humana
"está demostrado científicamente -decía uno de los expertos- 
que la mujer lleva siempre las de perder 
en cualquier relación estable dado que los instintos del hombre 
lo empujan permanentemente a la promiscuidad"
los demás expertos de la mesa parecían estar de acuerdo
una tipa con cara de liendre opinó que las mujeres 
era unas mártires inocentes y desvalidas
"aparte de tener que soportar la rudeza de la conducta masculina
sus deficientes hábitos higiénicos, su propensión alcohólica
su vocabulario soez, sus escasas habilidades de interacción social
-los pendejos no saben hablar más que del puto futbol-
la pobre mujer tiene que encargarse de procrearle al cerdo sus hijos
exponer su salud en aras del bienestar de las criaturas
arruinar su cuerpo con el embarazo y la lactancia
y después aguantar que las hagan a un lado 
porque están gordas, se llenaron de estrías 
y ya no se antoja cogérselas ni siquiera en estado de ebriedad"
la cara de liendre recibió aplausos tras su intervención
que te den por el culo, hija de puta -pensé-
agarré el botellín de cerveza y le pegué un trago;
la que pronto sería mi ex apareció entonces en la sala
se había puesto una mini y una blusita sin mangas
ya sabes -dijo- ni se te ocurra buscarme
¿y nuestros planes de boda? -pregunté- ¿la casa en la playa
los hijos, el perro, el gato, los atardeceres románticos?
¡cómo puedes ser tan cínico, hijo de puta! -exclamó-
¡burlarte así de mis ilusiones y mis sueños!
mientras hablaba alcanzó la puerta de la calle
la abrió, cruzó el umbral y se largó dando un portazo
yo me quedé viendo la pantalla de la tele
la cara de liendre había tomado nuevamente la palabra
"la profunda capacidad amatoria que tenemos las mujeres -decía-
es una de las claves para entender el misterio femenino"
cuánto puto rodeo -pensé- 
para no mencionar la palabra de las cuatro letras 

me levanté y fui por otra cerveza a la cocina






lunes, 21 de abril de 2014

carta de mi ex mujer



hola, hijo de puta
no sé ni para qué te escribo
-tal vez a fin de cuentas ni siquiera te mande esta carta-
supongo que estoy más aburrida que otros días;
normalmente a estas horas estaría en la playa
tirada en una toalla tomando el sol y bebiendo una cerveza
pero hoy se nubló el cielo y sopla un vientecillo fresco
así que opté por sentarme en la terraza con un libro
cómo perdonar a los que nos hicieron daño
y ver si puedo poner en práctica alguno de sus consejos;
la idea central del puto libro es que el rencor y el odio
resultan contraproducentes para quien los alberga en su pecho
toda esa rabia almacenada en el corazón se pudre
entorpece su buen funcionamiento y es causa de infarto;
recordar los episodios amargos que vivimos
los actos violentos que alguna vez nos lastimaron
los desengaños, las traiciones, los amores no correspondidos
el libro recomienda escribir en un papel
cada una de las malas experiencias que dejamos atrás
aquella vez en nuestra luna de miel, por ejemplo
cuando te emborrachaste en la alberca del hotel
con una turista argentina que te dijo
que nunca había cogido más que con tipos del sur
que tenía ganas de sentir adentro una verga mexicana
y tú te ofreciste enseguida a cumplirle su deseo
para lo cual te la llevaste a la parte más honda de la alberca
y allí mismo te sacaste la verga y la penetraste
no contento con eso, viniste luego al cuarto y me dijiste
que el coño de la fulana apretaba mejor que el mío
que ella además tenía las tetas más grandes
y que no entendías por qué te habías casado conmigo
yo entonces te amaba y tus palabras me hirieron
tanto como si me hubieses encajado un cuchillo en el pecho
de todos modos no me negué a complacerte
cuando veinte minutos después me pediste que te la chupara
luego la luna de miel se acabó
y empezaron entonces a correr los que serían
los peores diez años de mi vida
los años que duró nuestro puto matrimonio 
diez años soportando tu alcoholismo
los insultos, las veces que llegabas del burdel en la madrugada
y me hacías ponerme de culo para cogerme por detrás
mientras a cada embestida me decías "te voy a partir en dos 
para ver si así se te quita lo pinche puta"
diez años metida en el infierno
aguantando tus burlas porque mis tetas no eran
lo suficientemente grandes para hacerte una cubana
o porque no sabía preparar más que huevos revueltos con jamón
o porque no podía quedarme embarazada y era por lo tanto
una mujer inservible y un fraude y estaba seca por dentro;
lo peor era cuando me presentabas a tus amigos
diciéndoles "esta es la cosa con la que me casé,
la cambio por un coche con menos de 50,000 kilómetros
una harley davidson no muy vieja o un terreno al pie del cerro"
tú seguro pensabas que te oías la mar de chistoso
pero tu amigo teodosio se tomó la cosa en serio;
un mes después te regaló su nissan 4 puertas del 95
argumentando que recientemente había comprado un bmw deportivo
y en el garaje no quedaba ya sitio de sobra para el nissan
algunas semanas más tarde teodosio vino a la casa
mientras tú asistías a uno de tus putos congresos en acapulco
-esos donde la empresa sólo te pagaba los gastos de un acompañante
y si no llevabas a la puta de tu secretaria ¿quién iba a tomar apuntes?-
teodosio me dijo que llevaba tiempo sintiéndose atraído por mí
que acababa de divorciarse y bla bla bla
mientras él soltaba el puto rollo que llevaba preparado
yo pensaba "ahórrate el discurso y méteme de una puta vez a la cama"
pero cuando quiso pasar a la acción sin embargo
le dije que necesitaba pensarlo, que me sentía confundida
porque diez años oyéndote contar tus historias sexuales
me habían quitado al fin lo pendeja y ahora sabía 
que mis tetas pequeñas y mis caderas estrechas
algunos hombres las hallaban francamente irresistibles;
recuerdo la jeta de estúpido comehuevos que pusiste
cuando a la semana siguiente te pedí el divorcio
tus intentos de tomártelo a broma diciendo
que si te dejaba estaba condenándote al suicidio;
al final nos divorciamos pero en vez de suicidarte
cometiste el puto error de cogerte también a la secretaria de tu jefe
te echaron del trabajo, chocaste alcoholizado una noche de lluvia
y acabaste pasando 6 meses en un cuarto de hospital;
hubiera ido a visitarte y a llevarte para entretenerte
uno de esos videos porno que tanto te gustan
-aunque me imagino que ya habrías convencido a una enfermera
para que te chupara la verga de vez en cuando en el transcurso
de esas largas y solitarias noches que debías pasar casi inmóvil-
hubiera ido a verte pero en esos días
estuve de luna de miel en venecia con teodosio
luego rentamos una villa en mykonos a orillas del egeo
donde estaré hasta finales de año ocupada en pintar atardeceres al óleo
-¿alguna vez te dije que de niña tomé clases de pintura?-
teodosio va y viene cuando sus putos negocios lo dejan
-y luego están esos importantes congresos en ibiza y cancún y río de janeiro-
supongo que, al igual que lo hacías tú, 
el cerdo también me pone los cuernos todo el tiempo
sin embargo la cosa me tiene sin cuidado
si algo aprendí en esos putos diez años a tu lado
es que todos los hombres están hechos de la misma mierda
-hace tiempo que ya estoy curada de espantos-
si teodosio no se aparece en todo el puto mes no me aburro
doy largos paseos por la playa, pinto tres o cuatro horas al día
bajo al pueblo y camino por sus calles y me siento en las terrazas
a tomar café o simplemente observar el movimiento en el puerto
cada dos o tres días hago un poco de yoga en el jardín
dimitrio el jardinero no habla ni puta mierda de español
pero de alguna forma me ha hecho saber que escribe poemas
unas semanas atrás le comenté que hace tiempo
estuve casada con un tipo que también escribía poesía
-"se hace llamar jose villa y publica en internet"-
y que decía que ser poeta es lo mismo que ser puto
cuando por fin entendió lo que trataba de decirle
tuvo que apartarse y dejar de tragarme el coño unos minutos
hasta esperar que le pasara el ataque de risa que le dio;
según el autor de cómo perdonar a los que nos hicieron daño
escribir en un puto papel todas las mierdas que nos jodieron la vida
es el primer paso para empezar a trascender el dolor y el sufrimiento
que puedan pervivir aún en nuestro corazón y nos afligen
el segundo paso está descrito en algún capítulo que no he leido
pero yo creo que ya nunca podré enterarme de cuál es
porque mientras escribía esta carta dimitrio apareció en la terraza
y me estuvo cogiendo toda la tarde y arrancaba
algunas páginas del libro y las usaba
para limpiarse la verga cada vez que se corría 

pd:   ¿y dónde vives ahora que el hospital te embargó la casa?






jueves, 17 de abril de 2014

lo pendejo no se quita ni volviendo a nacer



el verano de nuestro divorcio me encerré en la casa 

con tres cajas de tequila "viejo puerco" y una puta
que le alquilé a mi compadre melesio por un mes a cambio 
del ford escort tuneado con rines de magnesio que fue 
la única cosa que me quedó después del juicio
de división de bienes conyugales donde te llevaste 
incluso hasta el puto escritorio que me habías regalado un año antes
para que en él escribiera mis románticos poemas;
al contrato de renta de la casa le faltaba un mes para expirar
y me pareció buena idea disponer de ese tiempo restante
para alcoholizarme y coger con mi hermosa putita 
en el mismo sitio donde tú y yo habíamos sido tan felices;
la puta se llamaba hedoclovia y tenía 21 años
era alta, flaca, morena y usaba minifalda
nunca se quitaba los zapatos de tacón ni se ponía bragas
se chingaba los putos vasos de tequila como si fueran de agua
y cuando estaba borracha me decía que era un pendejo;
le había contado nuestra historia de amor y las causas
que al final nos habían llevado a separarnos
tu falta de entusiasmo por el sexo y el patológico apego a tu madre
el agravamiento de mi alcoholismo y mis depresiones;
todos los hombres son unos pendejos -me decía hedoclovia-
se casan con la primera niña bonita que les abre las piernas
y creen que a partir de entonces vivirán dentro de un película porno
con su bella mujercita en el papel de la puta permanentemente mojada
dispuesta siempre a dejarse follar a la menor insinuación;
pero las cosas nunca resultan ser así, villa
las niñas bonitas por lo regular no se vuelven locas por el sexo
puede que les guste coger, pero tampoco se mueren por hacerlo todo el tiempo
su misión en la vida no es hacer obtener al marido
el mayor número posible de orgasmos en las posiciones más variadas
sino probarse el mayor número posible de vestidos y zapatos
-y escoger siempre los que peor les quedan-
procrear dos o tres hijos, cambiar de peinado seis veces al año
y pasarse todo el tiempo en el puto teléfono con las amigas o la madre
hablando de cuestiones tan trascendentales como el tiempo exacto
en que el suflé de manzana debe permanecer en el horno
o si las mascarillas de aguacate realmente quitan las patas de gallo;
las niñas bonitas no nacieron para satisfacer las fantasías eróticas
que saturan los cerebros masculinos desde la adolescencia
pero los hombres son unos pendejos totales, villa
se casan con esas golfas aun sabiendo
que no encontrarán en ellas la plena satisfacción de sus instintos 
se autoengañan pensando "tal vez a aurora le da un poco de asco chupármela
pero cuando sea mi mujer lo tendrá que hacer aunque no quiera"
luego se encuentran con que a la tipa ni siquiera logran convencerla
de que les deje echar un jodido palo por semana
-a la pendeja siempre le duele la cabeza o está mareada,
se siente "sabe cómo" o le salió un absceso en el coño-
entonces empiezan las discusiones, los enfados, las recriminaciones
el hombre se da cuenta de que su película porno se está volviendo
una película de hitchcock donde él parece interpretar 
el papel estelar del inadvertido pendejo que a cada escena
se va viendo progresivamente envuelto en una interminable serie 
de situaciones terroríficas que al final lo dejarán hecho una mierda;
más o menos lo que te pasó a ti con esa perra, villa
te casaste con ella alentando toda clase de irreales expectativas eróticas
creíste que tus furibundos apremios sexuales 
se verían por fin satisfechos de una puta vez por todas
y accediste a poner todos tus bienes a nombre de ella pensando
que al sentirse asegurada economicamente ella te compensaría
haciéndote una mamada todos los días al despertar y dejándose
poner de culo y que se la metieras por detrás de vez en cuando;
lo que sucedió a fin de cuentas lo sabes mejor que nadie, cabrón
la hija de puta se quedó con todo tu dinero
te bajó de las nubes y tú ahora estás aquí conmigo 
imaginando que porque me dejo culear a cada que se te hinchan los huevos
y lanzo unos gemidos de puerca degenerada cuando me la metes
coger contigo es una de las mejores cosas que me habían pasado;
pero no te hagas tantas ilusiones, mi pendejito
no se te olvide que soy una puta y mi trabajo es coger
si estoy contigo es por una simple cuestión mercantil
cuando se termine el plazo contratado yo me largo de aquí
si alguna vez quieres verme ya sabes cuánto cobro por un palo
que me encanta el tequila y cuando estoy borracha
si quieres darme por detrás no digo nada

¿y nunca has pensado en casarte, hedoclovia?






miércoles, 16 de abril de 2014

metértela me hace feliz



científicos de la universidad de acapulco

después de 10 años de exhaustivas y profundas investigaciones
descubrieron a últimas fechas que la felicidad realmente existe
y se genera en una microscópica zona del pene humano
ubicada en la zona lateral del glande y conocida
como punto de witgenstein en honor al filósofo austriaco
que tan feliz fue y dichoso en vida;
en cuanto al punto de witgenstein
fuente de la única y verdadera felicidad humana
-qué poema tan pendejo, la verdad:
me siento tentado de no seguir con él-
está conectado directamente al cerebro por un haz de fibras nerviosas
que generan un impulso eléctrico cada vez que el pene del hombre
entra en contacto con la vagina de una mujer
-de preferencia morena menor de 25 años, flaca, tetona y de culo grande y movido-
a raíz de su impresionante hallazgo
el equipo de investigadores de la ya citada universidad
-encabezados por el genial antropólogo sexual jose villa-
publicó un artículo en la sexual researchs digest 
donde daba a conocer a la comunidad científica mundial y lectores en general
que la obtención del más alto grado de felicidad posible
venía dado por la ecuación mientras más veces metas la verga dentro de una mujer
mayor será la probabilidad de que seas feliz en esta puta vida
y recomendaba la práctica frecuente del primer elemento de la ecuación
en lugar de perder el tiempo dedicándolo a actividades superfluas
tales como trabajar, viajar, leer o escribir estúpidos poemas 
que no sirven de nada y a nadie le interesa leer;
coincidiendo con la publicación de dicho artículo
investigadoras del instiputo de ciencias femeninas de londres-paris-new york
-auspiciadas por la puta revista cosmopolitan-
anunciaron en las página centrales de la mencionada revista de mierda
que después de haber examinado a fondo la morfología fisiológica de 30,000 mujeres
habían llegado a la conclusión de que tales especímenes 
son estructuralmente incapaces de experimentar la felicidad en estado puro
y padecen de una tendencia innata gestada en atávicos tiempos
a complicarse la puta vida de manera innecesaria
pasar el mayor tiempo posible amargadas, celosas, y descontentas
y sumirse recurrentemente en estados depresivos por razones nimias
-gordura, celulitis, arrugas, falta de vestidos que ponerse, ansiedad ovulatoria-
a pesar de las sombrías conclusiones anteriores
las investigaciones habían revelado sin embargo
que estos nacidos-para-ser-infelices seres habían desarrollado 
una especie de mecanismo compensatorio para procurarse ocasionalmente
pequeñas dosis de un sentimiento sucedáneo de la felicidad
cuyo estímulo desencadenante se presentaba siempre curiosamente
en lugares tales como zapaterías, tiendas de ropa, perfumerías
tiendas de accesorios femeninos, joyerías, y shopping centers en general
y los llevaba a alcanzar niveles de felicidad practicamente orgásmicos 
cada vez que compraban alguno de los productos a la venta en dichos sitios
y ya de plano el éxtasis total si las características del producto en cuestión
podían resumirse en las palabras "costoso", "inservible" y "nunca los voy a usar
pero sólo por ver la cara que pondrá el hijo de puta de mi marido
vale la pena tirar 2000 pesos en este par de zapatos de puta con tacón de 25 cms";
cuestionado acerca de la posibilidad de organizar un congreso científico
donde pudiera debatirse en torno a las estrategias óptimas
de búsqueda y obtención de la felicidad para el mayor número posible de personas
josé villa declaró que en cuanto a él tocaba
y no obstante lo decretado por su famosa ecuación de la felicidad masculina
estaba plenamente convencido y más que escarmentado
de que ante la serie de terroríficos efectos secundarios que comportaba
el conflicto subyacente a las irreconciliables formas de ser feliz propias de cada sexo
quizás una alternativa no tan mala para ser feliz consistía
en vender la casa, el carro y hasta la puta mascota
juntar el dinero de los ahorros y fondos de jubilación con lo obtenido 
y comprar una puta zapatería




domingo, 6 de abril de 2014

carta de un muerto a su cadavérica amante



querida aurora


me alegró mucho que quisieras verme en aquel café
y volver a reunirnos para hablar de los viejos tiempos
lástima que los dos estemos ya hechos unas ruinas
y aunque el café se veía delicioso no haber podido tomar siquiera un trago
pues hubiera sido grotesco comprobar cómo al ingerirlo
el líquido habría terminado resbalándonos adherido a las vértebras
hasta caer al piso y acabar formando un charco alrededor de la mesa;
en realidad fue una mala idea escoger ese lugar para vernos
desde que llegué tuve la impresión de que los demás comensales 
no parecían hallar normal ver a dos muertos sentados a una mesa
con las falanges entrelazadas y mirándose
a las cuencas vacías de los ojos como si aún los tuvieran;
menos mal que el mesero andaba a todas luces medio ebrio
y en todo momento se comportó amablemente
dándonos la bienvenida con aquella radiante sonrisa
apartándote la silla para que tú pudieras sentarte
y dejándonos la carta como si no se diera perfecta cuenta
de que aquellos dos esqueletos difícilmente podrían
meterse en la boca algo más que una simple goma de mascar;
en todo caso poder volver a verte fue fantástico
mi amor por ti no ha cedido un ápice ahora que estoy muerto
respecto al que siempre te tuve mientras vivía
-¿recuerdas que te decía que mi debilidad son las flacas?-
cuando te vi aparecer bajo la luz dorada del atardecer en la terraza del café
lamenté no tener ya un corazón que latiera en mi pecho
y al estrechar tu mano sentí añoranza de mi antigua piel 
y por un momento recordé tu suave tacto
las caricias que en algún lejano ayer me prodigabas
los abrazos que nos dimos y los besos;
hubiera querido poder echarme a llorar en ese instante
pero desde que estoy muerto ya no soy capaz de hacerlo
-me hubiera podido morir tal vez de un ataque de nostalgia 
pero morirse más de una vez sólo les resulta a los gatos-
a pesar de no haber hablado gran cosa aparte
de la monotonía y el tedio que entraña estar muerto
sentí que te quedaste con ganas de tocar el tema
de los motivos que nos llevaron a romper cuando fuimos mortales
yo no hice ningún esfuerzo por sacar a colación el asunto
porque total, para qué, ya da lo mismo
la vida pasó, mordimos el polvo y nos quedamos en los puros huesos
contigo perdí la oportunidad de ser feliz
y después de ti viví amargado y me volví un cínico descreído
que jamás pudo recuperar la confianza en las mujeres;
por lo poco que me dijiste ahora sé que tú
te quedaste sola el resto de tu vida
moriste a los 70 recluida en un asilo
una anciana solitaria, taciturna y melancólica
a la que nadie nunca iba a ver ni siquiera en su cumpleaños
supongo que al final no te quedó más que el maldito orgullo
de no haber mostrado jamás un sólo signo de debilidad emocional;
ahora que hemos vuelto a retomar el contacto
y que al parecer los dos sentimos todavía ese enorme vacío
que quizás en vida no supimos cómo hacer para atenuar
espero que no te importe si de vez en cuando
me tomo el atrevimiento de ir a visitarte a tu tumba
si mal no recuerdo siempre le tuviste fobia al sexo
y una de las causas por las que tronamos fue mi vehemencia sexual
el hecho de que yo quisiera cogerte a cada rato
y tocarte las tetas y meter la nariz entre tus piernas
-me fascinaba aquel olor ácido persistente aun bajo el perfume-
dado que ya no hay forma de que podamos tener
más que un intrascendente toqueteo hueso a hueso
y no quedan ya fluidos raros para intercambiarnos
ni oquedades oscuras que explorar ni miembros turgentes
aumentando de tamaño y apuntando a meterse en tu boca
-ni siquiera hay bocas propiamente dichas-
me imagino que ya no sentirás tu antigua aprensión
a que verme a solas contigo pueda derivar en un encuentro carnal;
quizás querrías que pasara a visitarte la próxima semana,
si no tienes ningún inconveniente házmelo saber
si te molesta igual no tengas reparo en decírmelo:
desde que estoy muerto ya no hay nada que me afecte
me aburro, eso sí, metido día y noche en este puto cajón
y escribo poesía para llenar con algo los enormes huecos de la eternidad
pero tampoco pienses que si ya no quieres verme
me voy a morir ni nada que se le parezca

un beso



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